Un diálogo entre paisaje, arquitectura y luz

Implantada en las alturas de Otavalo, en la cordillera de los Andes ecuatoriales, la Casa A.O. se proyecta como una respuesta sensible al paisaje que la rodea. Su emplazamiento en un terreno elevado con vistas predominantes hacia el volcán Imbabura convierte al entorno en el punto de partida conceptual del proyecto. Aquí, la arquitectura no se impone: observa, interpreta y se orienta para habitar el paisaje.

Desde el inicio, la relación visual y climática con el contexto definió la propuesta. El clima frío y los vientos constantes del norte determinaron la necesidad de una orientación precisa, tanto para proteger los espacios interiores como para captar la mayor cantidad de luz solar en los momentos más críticos del día. Esta condición se traduce en una composición volumétrica que dispone dos cuerpos paralelos sobre un zócalo de piedra, rotados sutilmente para alinearse con el sol naciente y la imponente cumbre del Imbabura.

Dos ejes perpendiculares ordenan el recorrido: el primero articula el acceso y funciona como una galería longitudinal que organiza la vivienda en su eje sur-norte; el segundo establece la conexión entre los espacios públicos y privados, trazando un recorrido fluido que transita por lo íntimo y lo colectivo.

En el corazón del proyecto, la sala se eleva a cinco metros de altura como espacio jerárquico. Sus transparencias dialogan con el exterior, fundiendo arquitectura y paisaje en una sola experiencia espacial. Hacia el este, una terraza con fire-pit y vegetación nativa extiende la experiencia social al aire libre; hacia el oeste, un quincho cerrado, enmarcado por ventanales, se convierte en expansión natural de la sala, siempre orientado al volcán como eje simbólico y visual.

La cocina y el dormitorio principal se emplazan en los extremos del volumen, abiertos a la vista y al sol de la mañana. El gesto de elevar las cubiertas en estos puntos no solo responde a una estrategia climática, sino que también se manifiesta como un acto de reverencia hacia la montaña.

La arquitectura encuentra su raíz en la materialidad: muros de piedra, ladrillo artesanal y cubiertas de teja establecen un vínculo con la tradición local, mientras que el uso de grandes paños de vidrio, estructuras metálicas expuestas y superficies blancas limpias introducen un lenguaje contemporáneo, que armoniza lo tectónico con lo estereotómico, lo pesado con lo etéreo, lo ancestral con lo actual.

Casa A.O. no solo habita un territorio: lo observa, lo protege y se abre a él, consolidando un modo de vida donde arquitectura, naturaleza y habitante coexisten en equilibrio

Proyecto:

Casa AO - Studio Alfa y José Daniel Terán

Año:

2018

Ubicación:

San José de Quichinche | Otavalo | Ecuador

Metraje:

495m2